viernes, 13 de junio de 2025

¿Qué es el ciclo de Gestión de Identidad y Accesos (IAM) y porque es clave para la seguridad digital?

Los accesos no autorizados representan una de las mayores amenazas a la seguridad, la Gestión de Identidad y Accesos (IAM) se ha convertido en un proceso fundamental para cualquier organización. Este ciclo abarca todas las etapas por las que pasa una identidad digital, desde su creación hasta su eliminación, garantizando que cada usuario tenga exactamente los permisos que necesita, ni más ni menos.




El proceso comienza con la creación de la identidad digital, conocida como onboarding. Cuando una persona se incorpora a una organización, ya sea como empleado, proveedor o cliente en donde se le asignan credenciales y accesos iniciales según su rol y responsabilidades. Esta fase es crucial porque establece los cimientos de seguridad, evitando desde el principio asignaciones excesivas de privilegios que podrían convertirse en vulnerabilidades.

Una vez creada la identidad, entra en juego la gestión continua de accesos. Aquí se aplican mecanismos de autenticación como contraseñas, verificación en dos pasos o métodos biométricos para confirmar la identidad del usuario. Simultáneamente, sistemas de autorización controlan qué recursos puede utilizar cada persona, ajustándose dinámicamente cuando cambian sus funciones. Este proceso continuo de aprovisionamiento y desaprovisionamiento evita el acumulamiento innecesario de permisos, uno de los errores más comunes en seguridad informática.

La gobernanza representa el componente estratégico del ciclo IAM. Mediante revisiones periódicas, las organizaciones verifican que los accesos siguen siendo apropiados, detectan anomalías y generan registros detallados para cumplir con regulaciones. Estas auditorías son especialmente importantes en entornos regulados, donde demostrar el control sobre los accesos a datos sensibles no es solo una buena práctica, sino un requisito legal.

El ciclo se completa con el offboarding, etapa crítica donde se revocan todos los accesos cuando un usuario deja de necesitarlos. La rapidez en esta fase es esencial, ya que cuentas activas de personas que ya no pertenecen a la organización son puertas abiertas a potenciales brechas de seguridad. Una gestión adecuada incluye no solo la desactivación inmediata, sino también el archivo ordenado de registros para posibles investigaciones futuras.

Implementar un ciclo IAM robusto ofrece múltiples ventajas: fortalece la postura de seguridad, optimiza la productividad al agilizar la gestión de accesos, y proporciona el marco necesario para el cumplimiento normativo. En esencia, más que un conjunto de procesos técnicos, el IAM representa una filosofía de seguridad basada en el principio de mínimo privilegio y la verificación continua, adaptándose a las necesidades cambiantes tanto de las organizaciones como de las amenazas digitales.



En un mundo donde los límites entre lo físico y lo digital se desdibujan cada vez más, comprender y aplicar adecuadamente este ciclo no es opcional, sino una necesidad estratégica para cualquier organización que valore sus activos digitales y la privacidad de su información. La efectividad del IAM no radica en su complejidad, sino en su consistencia y capacidad para integrarse naturalmente en los flujos de trabajo, protegiendo sin obstaculizar.

Felipe Andrés Manrique G.



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